Hacía tiempo que quería hablar de este libro que ha sido todo un descubrimiento:

Bésame mucho: cómo criar a tus hijos con amor.

Si te interesa cómpralo en el primer enlace o en tu librería habitual. A mí me lo prestó una compañera (gracias Josefina) y desde entonces ya hemos comprado unos cuantos para regalar. También el de «Lactancia Materna: Un regalo para toda la vida»

 

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El autor, Carlos González, se muestra totalmente contrario a métodos como el «Duermete Niño» del Dr. Estivill entre otros, analizandolo todo tanto científicamente cómo mediante razonamientos lógicos. También se muestra contrario en general a la educación conductista basada en el castigo (violencia infantil).

Defiende los derechos de los niños, que compara su situación actual a la de las mujeres hasta hace poco, donde un cierto grado de violencia contra ellas era más que permitido y justificado. Las mujeres están ganando la batalla de sus derechos, pero se queja de cómo a los niños aún es «políticamente correcto» tratarles con cierta violencia física o psíquica «por su propio bien».

Entre otras cosas, se muestra partidario del colecho con los niños (sin límite de edad), de darles todo el cariño posible (y llevarlos en brazos todo lo que puedas/quieras) y es defensor a ultranza de la lactancia materna sí o sí y por encima de todo. En su libro desmonta científicamente cientos de mitos acerca del colecho, la lactancia materna y la educación «en libertad y amor».

En nuestra experiencia personal, nos costó darnos cuenta de que la mejor manera de dormir «todos» es «todos juntos». A los 3 nos apetece de una forma natural, saltándonos los prejuicios que hemos encontrado en la sociedad cada vez que lo hemos comentado. Además los 3 lo encontramos lo más práctico, son todo ventajas:

– La peque se siente mejor, se duerme antes y apenas llora porque la atendemos de inmediato

– No hay que levantarse de la cama (ni encender la luz, etc.) para atenderla o darle el pecho con lo cual apenas nos despertamos.

– No necesitas cuna, ni cuarto especial ni nada. Eso por ej. estando de viaje lo hemos notado un montón la facilidad de no tener que llevar la típica «cuna de viaje». Eso sí, la cama de matrimonio cuanto más grande mejor 🙂

Si encima, sólo se usa lactancia materna, todo se simplifica un montón…

La pregunta del millón, ¿y no la espachurras? Definitivamente no, ni lo más mínimo y está científicamente comprobado que no es peligroso. El único caso científicamente no aconsejable es cuando la madre fuma o ha fumado y el bebé tiene menos de 4 semanas.

Y la otra pregunta del millón, sobre todo para los que han visto «Super nany», ¿y si luego no hay forma de sacarla a su cama? No lo sé si será más traumático después que ahora, ni siquiera sabemos cuándo vamos a intentar separarla, pero lo que está claro es que no voy a dejar de darle todo el cariño que pueda ahora (incluido el colecho) porque piense que algún día no voy a poder seguir dándoselo y entonces lo va a pasar fatal porque estaba acostumbrada. Puedes cambiar la palabra «cariño» por «alimento», «casa», «dinero», «coche»… según la misma idea nunca deberíamos hacerle a nadie, ni a nosotros mismos ningún gusto…

Hay miles de comentarios sobre este tema en la web al respecto, sirva como ejemplo este donde en los comentarios se pelean y se les va la olla un poco con el tema…

Yo no sé si hemos tenido mucha suerte con nuestra pequeña, nos ha salido muy buena y por eso es todo más fácil, pero desde luego la peor semana que hemos pasado con diferencia fué cuando guiados por el libro «Duermete niño» sin haber contrastado nada más nos decidimos a que durmiera en su cuarto, en su cuna y en un horario rígido.

Tampoco sé si ha influido mucho o poco el que los 2 seamos profes y tengamos mucho tiempo en casa, y más ahora en verano, pero seguro que también ha influido.

La cuestión es que (y cruzo los dedos) Carla tiene 6 meses y estamos encantados con ella, durmiendo, comiendo, paseando o haciendo cualquier cosa con ella.

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Y ya que viene al caso, aunque yo mismo me haya quejado en más de una ocasión de mis alumnos y siempre estemos diciendo que la generación de «la ESO» está mucho peor preparada y educada que nuestra generación, también hay que darse cuenta que todas las generaciones se han quejado de las siguientes. Siempre se ha pensado que la juventud hacía tal cosa o la otra peor que la anterior, pero también es justo reconocer que saben hacer otras muchas cosas mejor. Así es como la sociedad va avanzando en algunas cosas, y en otras puntualmente se puede dar un paso atrás, pero sirve para coger impulso hacia delante.

Bésame mucho: cómo criar a tus hijos con amor